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Carla Daza Rodríguez
Administración Pública
2° Semestre 2013
Universidad Iberoamericana, México

Estuve cinco meses en México, cinco meses en los cuales experimenté situaciones que me hicieron crecer no tan solo en la parte académica, sino que principalmente en la parte personal. Desde que comencé el proceso de postulación a la plataforma de la Alianza del Pacífico, supe que me incorporaría en una aventura, sin saber si tendría resultados positivos o negativos. Fue una aventura en la que me di cuenta que existían personas geniales en mi Usach como Verónica Godoy y Verónica Yáñez que me aguantaron en sus oficinas por varias semanas resolviendo mis inquietudes.

Al llegar a Ciudad de México tuve que enfrentarme a bastantes desafíos y prejuicios que se tenían de aquel hermoso lugar, pero no me llevó mayor trabajo, porque las personas que me rodearon me ayudaron a sobrellevar mi estadía. La Universidad Iberoamericana fue mi casa de estudios durante mi movilidad, si bien tenía características diametralmente opuestas a mi universidad, la terminé amando por su calidad humana y amabilidad con los extranjeros, sobre todo de parte de los trabajadores y de mis compañeros, de los cuales rescato a muy buenos amigos como Jackeline, Andrew y Miguel, entre tantos otros.

Traducir al papel la experiencia vivida, no logra exponer en su totalidad lo maravilloso que se siente aventurarse a plantearse estos desafíos. Me tocó conocer la cara más hermosa de México; esa que celebra en el zócalo sus fiestas patrias con un grito, ese México que prepara ofrendas en altares a sus muertos y que prepara sus posadas para navidad, aprecié lo colorido de sus trajes, las imponentes estructuras de cada una de sus iglesias, lo impresionante de sus bailes tradicionales y por sobre todas las cosas el encanto de su población.

Si me preguntan ¿qué es lo mejor de México?, antes de su gastronomía o de sus lugares hermosos que se pueden visitar, debo decir que lo mejor es su gente, la que me recibió con un cariño indescriptible y me despidió esperando que nos viéramos pronto. Pero no tan solo conocí grandes personas en México, sino que reforcé mis relaciones en Chile, si bien me fui sola jamás lo estuve, porque en todo momento tuve a gente preocupándose por mí, apoyándome. Destaco principalmente a mi familia, la cual estuvo conmigo siempre ayudándome en lo que necesité desde la distancia.

No me queda más que agradecer a todos quienes ayudaron a que ésta aventura, como yo la llamo, fuera la mejor experiencia de mi vida "hasta ahora" porque quien sabe lo que nos depare la vida en un futuro.