news_075_dEn su artículo, el Dr. Gonzalo Martner, se refiere a sobre los escenarios de la realidad latinoamericana después de la pandemia por COVID-19.

En su artículo, el Dr. Gonzalo Martner, se refiere a sobre los escenarios de la realidad latinoamericana después de la pandemia por COVID-19.

news_075_01La Fundación Friedrich Ebert es la más grande y más antigua de las fundaciones políticas alemanas. Se dedica, a nivel internacional, a la promoción de la democracia, la justicia social, la paz y el sindicalismo democrático.

En América Latina, esta fundación tiene por objetico objetivo contribuir al fortalecimiento de las estructuras democráticas mediante la más amplia participación de los diferentes grupos sociales y apoyar la puesta en práctica de políticas que promuevan la justicia social y aportar a la construcción de propuestas en materia de desarrollo sociopolítico. Para ello realiza múltiples esfuerzos de cooperación con partidos, sindicatos, instituciones estatales y gubernamentales, parlamentos; así como con organizaciones no-gubernamentales como ambientalistas, de mujeres, de derechos humanos y medios de comunicación independientes, entre otros.

En una de sus últimas publicaciones, Cuadernos de la Transformación "Perspectivas de transformación en tiempos de emergencia", el director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la FAE, Dr. Gonzalo Martner Fanta, escribió un artículo titulado "después de la Pandemia". En él, el economista se refiera a los escenarios de la realidad latinoamericana después de la pandemia por COVID-19.

"Es difícil realizar conjeturas con algún grado de certeza sobre los escenarios de la realidad latinoamericana después de la pandemia por COVID-19. La estabilidad política democrática (con lo que pase en Brasil como inquietante referencia), así como muchos procesos económicos, ambientales y sociales, estarán puestos en cuestión y evolucionarán en sentidos diversos y probablemente contradictorios. No obstante, es necesario delinear algunas de las trayectorias posibles", señala el autor al inicio del texto.

Prosigue explicando que es posible delinear tres trayectorias no deseables, la "continuidad trágica" del declive de las instituciones y de la mantención de las desigualdades económicas y sociales que han devenido endémicas a escala global; la prolongación del "momento hobbesiano" de verticalidad estatal bajo el supuesto de la ineficiencia de la gobernanza democrática frente a las "nuevas amenazas" y la "servidumbre digital", en la cual los gigantes tecnológicos y de capitalismo de plataforma sustituyen a gobiernos en bancarrota en sus funciones sanitarias y sociales, configuran nuevas formas desreguladas de teletrabajo, y guían los confinamientos y el distanciamiento social" mientras continúan manipulando los datos personales, y determinando las conductas colectivas en medio de una enorme concentración privada de poder sin control democrático.

A juicio de Martner, existe la alternativa deseable de un "Estado de bienestar 3.0", el cual se plantea como un avance con respecto al que emergió en la posguerra y al que resultó de las reducciones de la era neoliberal. "Este nuevo Estado de bienestar tendría las características

de una mejorada gobernanza democrática, con gobiernos que asumen más responsabilidades y son más eficientes y democráticamente controlados, para construir una más fuerte red de seguridad social, una mejor coordinación y una más inteligente regulación de los actores económicos, así como un fortalecido sistema de salud pública", señala el autor en el texto.

Se refiere, además, a la presencia de regresiones sociales en América Latina que se pueden prolongar en el tiempo, como la ampliación de la economía informal, la pérdida de empleos y su precarización (digital o no), o la salida de muchas mujeres del empleo formal y su confinamiento en el trabajo doméstico.

El director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas explica también en su texto que la primera tarea pospandémica será asumir las innumerables debilidades institucionales expuestas por la crisis sanitaria y, a partir de ese reconocimiento, bregar por un cambio en las formas de gobierno hacia una democracia eficaz, descentralizada, proba, basada en un Estado de derecho socialmente respetado y en capacidades de acción colectiva que combinen el rol de la ciencia con la participación social.

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