Aurelio Butelmann, en entrevista con la revista RH Management, mira los cambios con la pausa que dan los años y analiza el rol de las casas de estudio en la formación de profesionales para estos tiempos.

news_184_01Con más de 75 años, Aurelio Butelmann dice que está en la generación platinum, la esfera más alta y reducida de los grupos etario que conviven hoy en el mundo del trabajo. "Los millennials y los zetas son muy distintos a lo que nosotros fuimos. Los viejos estamos acostumbrados a una disciplina que aprendimos en el colegio y la seguimos manteniendo", dice, sentado en su oficina de la Universidad de Santiago de Chile, donde se desempeña como director del Departamento de Administración en la Facultad de Administración y Economía.

Butelmann, ingeniero comercial de la Universidad de Chile y Master of Science de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, cuenta que viene de un mundo donde la disciplina era fundamental, sobre todo en las actividades productivas. "Lo que ha pasado últimamente es que las actividades productivas han desaparecido, son actividades de servicio, el mundo del trabajo ha cambiado terriblemente con las modificaciones tecnológicas y lo que hacemos en la academia es estudiar el comportamiento de estas nuevas generaciones para adaptar la problemática de las empresas a este nuevo mundo", dice el académico.

¿Qué ajustes han estado haciendo para adaptarse a los cambios?

-De partida, los profesores estamos adaptando nuestros programas a estas nuevas realidades a través de los resultados de las investigaciones. La academia tiene tres funciones: la docencia, la investigación y la extensión. La extensión nos sirve para ver que es lo que está pasando en el mundo, recibiendo una retroalimentación ya sea desde empresas que asesoramos o gente que asiste a nuestras conferencias y hace preguntas. Esa información hace que funcione el intelecto para investigar a fondo las inquietudes de esa gente que está viendo lo que está pasando.

El director del Departamento de Administración de la FAE, cuenta que hace algunas semanas le tocó hablar por teléfono con una gerente de recursos humanos de una transnacional: "Ella me decía que están en otra, porque mientras los viejos esperaban que los despidieran para recibir la indemnización, a los jóvenes les interesa su satisfacción personal, tienen una menor alineación con la empresa en tanto no se les cumpla sus objetivos. Eso hace que las relaciones de trabajo tengan que ser totalmente distintas y era lo que me explicaba esta gerenta", relata Butelmann.

Otra anécdota a la que recurre para describir los cambios, es una conferencia de un gerente de una transnacional que contaba que si en su empresa se llegaba a formar un sindicato, lo primero que se hacía era despedir al gerente general de la sucursal y luego al gerente de recursos humanos " porque no habían sido lo suficientemente proactivos para conseguir la felicidad en los trabajadores que estaban ahí con el objeto que no tengan que recurrir a un sindicato para que pida por ellos. Una concepción que a mí me marcó en términos intelectuales", recuerda Butelmann.

Desde la academia, dice, están evolucionando: "hoy todo tiene que ver con las habilidades blandas que conducen a un comportamiento y es así como estructuramos esos comportamientos a través de la búsqueda de estas habilidades blandas que pueden desarrollar los individuos para ese manejo", explica. Agrega que aplican esto a todos los estudiantes, "porque a la larga cualquier egresado es gerente de una empresa, aunque sea su empresa personal".

¿Cuál diría usted que es el sello de los profesionales que se forman en su departamento a diferencia de otras casas de estudio?

-Nuestro gran sello en la FAE, es que hemos preparado muy buenos gerentes y me refiero con la palabra gerente al concepto de manager, que va desde un supervisor hasta un gerente general: el que administra. No somos una escuela de business sino de management, por eso cuando nos traducimos a mi me gusta decir Faculty of Management and Economics no como la FEN que es de Economía y Negocios, y antes era Ciencias Económicas y Administrativas. La U. Católica se mantiene como Ciencias Económicas y Administrativas. Y las otras universidades de la cota mil, son todas de negocios, y tratan de impulsarlo. Es que nuestro alumno es distinto, es en general el primer universitario de su familia que viene de liceos municipales o municipales pagados, por lo tanto no tiene la red de conocimiento y de relaciones de los negocios.

En consecuencia, nos interesa que sean individuos que entiendan el mundo, que sepan guiar su institución dentro de este mundo cambiante y para hacerlo las habilidades blandas son lo principal. Sin estas habilidades no puedes negociar.

Y en estos tiempos de tanto cuestionamiento a la ética en el mundo empresarial, ¿ustedes abordan de alguna forma el tema?

-Tenemos cursos especiales de ética tanto al comienzo como al final de la carrera, pero también todos nuestros profesores están con el mensaje constante de que la ética es fundamental en cualquier actividad. Sin embargo, aquí muchas veces la salidas de madre en buen chileno con respecto de esto puede no deberse a la enseñanza sino que a lo mejor a algún ADN que tenga la persona. Pienso que muchos estafadores de estos que estamos viendo en el mercado es porque les gusta jugar en el límite y en el límite es donde está el riesgo y se caen. La enseñanza tiene que ser dirigida a que no se produzca, pero hay personas que ven la oportunidad y la toman.

Publicado en edición escrita, RH Management 104.