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Oliver Leando Olivares Osses
Ingeniería Comercial
Universidad Nacional Autónoma de México, México
2° Semestre 2014.

No sé cómo partir describiendo esta increíble aventura, el hecho de cursar un semestre en México en una de las mejores universidades de Latinoamérica, la UNAM, fue una experiencia inigualable, no sólo desde el punto de vista académico sino desde muchas aristas de la vida. Desde que llegué fui absorbiendo todas las enseñanzas del entorno, lugares y personas, comprendiendo el por qué de algunos comportamientos e intentando contextualizarme en una realidad completamente distinta.

En mi relato quiero darle énfasis a las innumerables emociones que encarné durante mi estadía, destacando principalmente los momentos en que viajé por todo el sur del país. Además de conocer Ciudad de México (ciudad en la que estudié) conocí ciudades como Puebla, Villahermosa, Coatzacoalcos, Veracruz, Mérida, que contienen mucha historia de las civilizaciones Maya y Azteca (entre las más importantes).

Disfruté la navidad con una de las familias de tantos amigos y amigas que me hice, ellos me hicieron sentir como si estuviera en casa, viajamos a Cancún para el año nuevo, aprovechando toda su vida bohemia y mi cumpleaños número 23 lo viví en una de las playas más paradisiacas que he conocido: Mazunte.

Conocí otras ciudades preciosísimas como Guanajuato, Oaxaca, Acapulco, Morelia, muchas de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad con un sinfín de personas amables y dispuestas a explicarte cualquier cosa que no entendieras. Degusté comidas típicas de cada región que visité, particularmente los días en que los mexicanos celebraban su independencia, aprendí cosas de 27 países distintos porque cada viaje era con un grupo de extranjeros distinto al anterior.

Sin lugar a dudas irse de intercambio es una vivencia de la que uno jamás se arrepentirá, salir de la zona de comodidad, salir de tu casa, perfeccionar y amplificar la visión del mundo, salir de los pocos lugares en los que generalmente desenvuelves tu vida te hace reflexionar, te hace anhelar el momento en el que emprenderás un próximo viaje hacia sistemas socio-culturales diversos, hacia una nueva filosofía de tu propia existencia... Para despedirme una de las frases que escuché en reiteradas ocasiones: ¡Viva México cabrones!