Según un informe de la consultora Deloitte, el deporte más popular del planeta es la economía número 17 del mundo.

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Estamos en plena etapa de fiebre futbolera. A menos de cincuenta días que comience el Mundial Brasil 2014, la gente enfervorizada busca maneras de viajar y ver de cerca su selección... Pero esto va más allá de una pasión, pues mueve masas de dinero y puede cambiar la cara de la economía de un país.

Basta sólo con pensar en la cantidad de personas que llegarán a Brasil en junio; alrededor de 600 mil, lo que ya genera un incremento en los pasajes aéreos, hotelería, comida y hasta en el precio de los souvenuirs.

La industria hotelera, restaurantes y servicios aéreos, representan una décima parte del peso total del indicador de precios al consumidor (IPCA), en Brasil, lo cual tendría ingerencia en el 6,19% de su actual inflación. Por lo mismo, la opinión de Juan Jensen, economista jefe de la consultora Tendencias de Sao Paulo, es preocupante para la presidenta Dilma Rousseff; pues afirmó que el torneo deportivo podría sumar 0.35 puntos porcentuales a la inflación sólo en junio.

Sin embargo, vale mencionar que el magno evento deportivo generará un crecimiento del 0,4% en el PIB acumulado hasta el 2019 – con 83,2 billones de reales (unos 80 billones de euros)-, según estudios realizados por expertos y presentados en la conferencia "A Copa do Mundo é nossa".

La consultora Deloitte, cifró al fútbol como la economía número 17 del mundo. Esto se complementa con lo reportado por Naciones Unidas, que indicó que el deporte en el mundo pesa casi el 3% de la economía global y la Comisión Europea lo ha cifrado en el 1% de la economía de la Unión Europea. El gasto en bienes y servicios relacionados con el fútbol está entre el 0,4% y 1% del Producto Interno Bruto (PIB).

La cifra de Deloitte indica que el fútbol vale quinientos mil millones de dólares, basándose en datos de PIB del Banco Mundial. Esto sitúa al balompié sobre economías como Argentina, Austria, Colombia, Chile, Perú o Nueva Zelanda.

¿Terminará convirtiéndose el Mundial de Fútbol en un golazo de triunfo para la economía?

Por Karen Punaro Majluf